El chucho es pintor. Abstracto, para más señas. Y vende algunos de sus 22 cuadros por más de 1.700 dólares (unos 1.150 euros). Hasta el 7 de noviembre, concretamente, en la galería Denise Bibro de Nueva York, que los expone junto a otras obras de arte caninas.
Stadelbacher recogió a Sam de la calle hace cuatro años y se lo llevó al centro canino que regenta, en el que enseña a los chuchos a ayudar a la gente con problemas de movilidad. Puede llevar años, cuenta, pero al final, los perros son capaces de abrir la puerta del coche, sacar la ropa de la lavadora e incluso poner los platos sucios en el fregadero.
Así pues, ¿por qué no van a poder pintar? Stadelbacher decidió entrenar a algunos de sus cachorros para ser artistas. Sam, de seis años, es un alumno aventajado. Tal vez porque tuvo que aprender rápido.
Y es que justo cuando llegó al Shore Service Dogs de Mary, a ella tuvieron que operarla de la mano derecha. Sam se convirtió en su asistente más preciado. En su alumno más disciplinado. "Se acerca al lienzo con el pincel en la boca y empieza a dibujar con la simple orden de "pinta", cuenta la mujer en algunos medios locales.
Con lo que obtiene por los cuadros de Sam, Mary mantiene abierto el servicio que creó. "He visto pintar a elefantes y delfines, así que, ¿por qué no a un perro?", se pregunta. "Sam es un artista abstracto único", sentencia.
Stadelbacher recogió a Sam de la calle hace cuatro años y se lo llevó al centro canino que regenta, en el que enseña a los chuchos a ayudar a la gente con problemas de movilidad. Puede llevar años, cuenta, pero al final, los perros son capaces de abrir la puerta del coche, sacar la ropa de la lavadora e incluso poner los platos sucios en el fregadero.
Así pues, ¿por qué no van a poder pintar? Stadelbacher decidió entrenar a algunos de sus cachorros para ser artistas. Sam, de seis años, es un alumno aventajado. Tal vez porque tuvo que aprender rápido.
Y es que justo cuando llegó al Shore Service Dogs de Mary, a ella tuvieron que operarla de la mano derecha. Sam se convirtió en su asistente más preciado. En su alumno más disciplinado. "Se acerca al lienzo con el pincel en la boca y empieza a dibujar con la simple orden de "pinta", cuenta la mujer en algunos medios locales.
Con lo que obtiene por los cuadros de Sam, Mary mantiene abierto el servicio que creó. "He visto pintar a elefantes y delfines, así que, ¿por qué no a un perro?", se pregunta. "Sam es un artista abstracto único", sentencia.
