martes, 23 de junio de 2009

La milla de los museos, más arte en la ciudad

Con la inauguración de la muestra de esculturas al aire libre de Bastón Díaz en la plaza Rubén Darío, se consolida el proyecto de Hernán Lombardi, alentado por su jefe Mauricio Macri, de darle forma definitiva a la milla de los museos en Buenos Aires. Al triángulo del arte formado por el Centro Cultural Recoleta, el Palais de Glace y el Bellas Artes se suma ahora la exposición sin límites de la obra de Bastón Díaz, curada por Elio Kapsuck.

Son 31 esculturas monumentales, realizadas en una singular aleación de acero y cobre, inspiradas en los viajes y en los argentinos descendidos de los barcos, esa ola inmigratoria que dio forma a la identidad nacional. Bastón Díaz, de 62 años, se formó en las Escuelas Raggio y en la Manuel Belgrano y, en París, en la Ecole de Beaux Arts, en la Sorbona y en la Universidad de Vincennes. Su obra conquista el espacio de manera singular, como lo hizo todos estos años en una soñada isla del Tigre, propiedad del empresario Claudio Stamato.

La muestra al aire libre, que cuenta con el apoyo de la galería Daniel Maman, avanza en la idea de sumar iniciativa privada en proyectos de visibilidad pública, tema muy caro al ingeniero Lombardi, al que le gusta hablar de democratización del espacio público y de ofrecer "bienes culturales en un lugar de libre acceso". Las muestras se renovarán cada ocho meses, con expresiones de artistas argentinos contemporáneos. El modelo tiene antecedentes en el mundo entero, desde Washington hasta Nueva York (Frick Collection, Metropolitan, Guggenheim) y en Madrid, donde se completa el triángulo de las Bellas Artes con el Prado, el Museo Thyssen y el Reina Sofía, emplazado en Atocha. El año último, sobre el Paseo del Prado, se inauguró una nueva escala: la Caixa Forum, un centro cultural que funciona en una usina refuncionalizada por Herzog y De Meuron.

Lombardi suele mirar con atención lo que sucede en el mundo. En el caso porteño, la puesta en valor de la plaza contigua al MNBA será también una oportunidad para recuperar un entorno que, como el basamento del monumento a Alvear, de Bourdelle, ofrece una cara más cercana al despojo que al arte. Al mismo tiempo, consolida la idea de la milla del arte, que va desde Bellas Artes hasta el Sívori, en los bosques de Palermo.

Pero hay más: se estudia la posibilidad de consolidar la idea de otra milla del arte mirando al Sur, de la Colección Fortabat a La Boca, en una línea imaginaria que una el Mamba de la avenida San Juan, el Patronato de la Infancia, futuro Centro Cultural de España, y la Fundación Proa de La Boca.

La Colección Fortabat lanzó la semana pasada el premio Arnet A Cielo Abierto, que seleccionará una obra para ser exhibida de manera permanente frente al Dique 4. Será el primer eslabón de un programa que busca incorporar arte contemporáneo al espacio público del último barrio porteño. Si todo sale como está previsto, la Colección Fortabat y la Fundación Proa podrían estar unidas por un transporte permanente (¿y gratuito?) que recorriera la milla del arte "mirando al Sur. (Fuente: http://www.lanacion.com.ar)